miércoles, 12 de diciembre de 2012

21.822

Con la tan inoportuna como innecesaria resaca del vídeo de Carlos González y su patético humor aún deambulando por nuestras vidas, llega el regalo de reyes adelantado para el cordobesismo. El Fútbol Club Barcelona pisará esta noche el estadio Nuevo Arcángel, ávido de gloria, con una afición que aún conserva en los labios el sabor frustrado del ascenso. Ver al equipo de Tito Vilanova jugar a los pies de la Mezquita es un premio inmejorable, no cabe ninguna duda, pero también es una oportunidad de demostrarle al mundo entero que el Córdoba Club de Fútbol quiere más, que lo del año pasado no fue casualidad y que lo que una  noche para el olvido en Valladolid les quitó aún puede recuperarse gota a gota. Paso a paso. Sueño a sueño.
58 años de historia se quedan cortos para todo lo que ha vivido este club. Desde remontadas para tocar el cielo en Cartagena hasta deambular varios años por el pozo sin fondo de la 2ªB. Desde los 175 de Huesca hasta vivir un descenso en el Arcángel. Un equipo que lleva viviendo en los extremos sus 58 años de vida, caminando como un funambulista suspendido en el vacío.
Nada importa los minutos que juegue Messi. Menos aún quiénes sean los 11 que luzcan con orgullo la camiseta blanquiverde en tan soñado partido. Si me apuran, hasta el resultado es lo de menos. Porque dentro de unas horas las gradas del coliseo ribereño volverán a cargarse de ilusión, de sonrisas, de abrazos entre desconocidos. De GRANDEZA. Hora y media de partido que se quedará muy corta para una afición de bandera, que tiene que convivir con precios de entradas desorbitados el día menos oportuno (véase el Córdoba-Valladolid del 'playoff') o con la idea inquebrantable de que su voz no cuenta. Pero vaya que si cuenta. Quizá no pinte nada para el "señor de los vídeos", pero sí para los jugadores que a las 20:00 saltarán al campo. Una vez más se demostrará que el mayor ACTIVO de este club son sus aficionados. El Arcángel volverá a rugir, llevando (una vez más) a su equipo al máximo nivel. Una afición que no quiere dejar de seguir soñando, que no quiere que sea pasajero el hecho de jugar contra los grandes. 21.822 almas que serán las auténticas protagonistas en la noche de hoy, y no los minutos de radio que su presidente ha copado por sentirse un monologuista frustrado. Esos 21.822 SÍ que molan.


martes, 29 de mayo de 2012

La penúltima pincelada

Dijo una vez Eugène Delacroix, pintor francés del siglo XIX que "a veces hay que estropear un poquito el cuadro para poder terminarlo", dejando enterrado el mito de la perfección, inexistente por mucho que nos empeñemos en buscarla. A Córdoba, ciudad inconformista por antonomasia, se le ha brindado la oportunidad de coexistir en una plácida noche de verano con la consecución de uno de los hitos que más lejos hemos tenido durante décadas. Ante tal hecho, todo lo generado alrededor debe ser apartado de nuestro camino. No existe nada más que los 90 minutos del domingo. No hay otra vía que demostrar sobre el césped el ímpetu, el ansia de triunfo y la VIGOrosidad de este equipo. El alma y la ilusión son nuestras armas, a pesar que quieran poner sobre nuestra espalda la pesada losa del amaño conjunto con el Celta. Si se consigue el privilegio de jugar el 'playoff' será por los más de 70 puntos que este equipo ha conseguido a lo largo del año, jugando un fútbol al alcance de muy pocos. El que se sienta aludido, que se mire su propia barba.
Por supuesto, el que pensara que este equipo iba a llegar tranquilo al último partido, es porque no ha vivido nada como cordobesista: Cartagena, Pontevedra o San Sebastián son los mejores ejemplos. Días que empiezan por nublarse y que acaban siendo recordados para la posteridad. Días en los que los cordobeses nos tiramos a la calle como si no hubiera mañana. Días grabados a fuego, históricos.
Porque no existen habladurías provenientes de otras ciudades, no existe el hecho de que Paco pueda marcharse, no hay miedo a que nuestros jugadores puedan volar. NO HAY MIEDO. 11 jugadores saldrán a Balaídos a dejarse lo que todos nos dejaríamos si tuviéramos la oportunidad, a finalizar una obra de arte que, dentro de unos años, puede estar en el museo de nuestra memoria. La penúltima pincelada porque, la última, será la del ascenso. Vigo, Vigo, Vigo...

sábado, 12 de mayo de 2012

Abrazados al playoff

Sin la precisión de un reloj suizo pero con la convicción y la claridad que todo aspirante al ascenso necesita. Así se llevó el gato al agua en la noche de ayer el Córdoba, con los habituales alardes de calidad en distintos tramos del partido y la tranquilidad que te da saber que eres mejor que el rival que tienes enfrente. Los 3 puntos consagran de nuevo al Córdoba como claro aspirante a todo tras las dudas relativas de las últimas jornadas (los blanquiverdes han sumado 7 puntos de 9 posibles) y otorgan una nueva oportunidad para golpear con puño de hierro, por fin, fuera de casa. Vencer el miércoles en Huelva se antoja tan vital como sacar la cabeza del agua cuando te quedas sin respiración.
En esta espiral de sensaciones, cuando no te queda otra que transformar la ilusión en fuerza y garra, Pepe Díaz tiene el balón de oro. El 'cuco' lleva 2 partidos volando con la fuerza de un halcón, dejando claro que por él no pasa otra meta que no sea llevar a su ciudad la mayor felicidad jamás recordada. El gol de Gaspar en una jugada a balón parado -están leyendo bien- fue el primer mordisco a una noche plácida. Su continuación, una gran jugada de Taira -siguen leyendo bien- que fue rematada con ansia por Pepe Díaz. 2-0 al descanso con un excelso Fede Vico, que no conoce la vergüenza dentro de un terreno de juego.
Aroma de posible goleada en el descanso que dejó paso a un pequeño susto recién comenzada la segunda mitad. Fuentes sufría una inoportuna lesión que lo haría salir en muletas del estadio. Para colmo, una falta directa de Tuni mandó a la lona la tranquilidad. El disparo, sutil y potente, se coló por el palo que todo portero debe tener controlado. Mala suerte para Arias, que sumaba su segundo partido consecutivo como titular tras su garrafal fallo en Alcoy.
Necesitó tan poco el Córdoba para desmarcarse de nuevo en el marcador como volver a mostrar sus galones. A los 5 minutos, Borja -serio y apagado en los últimos partidos- puso el 3-1 con un disparo afortunado que entró manso en la portería de Rubén. Aún faltaba el gol de la noche, una falta consecuencia de la entrega de Pepe Díaz fue lanzada a la escuadra por Dubarbier, que entraba con gloria en la lista de los goleadores cordobesistas en esta temporada.
Foto: el día de Córdoba

Restaban 30 minutos y Paco ya había reservado a Borja García para los envites de próximas fechas, al que se unió otro hombre vital como López Garai. El Nástic deambulaba sin rumbo sobre el campo y el Córdoba no buscaba con insistencia una gran goleada, a pesar de que Dubarbier pudo firmar un doblete tras un gran centro de Charles, pero su remate franco de cabeza no tuvo la convicción que sí tuvo Raúl Fuster en un nuevo lanzamiento de falta, idéntica a la del primer gol. Arias, de nuevo contemplativo, rozó una pelota que volvió a entrar por su palo. Por un momento, todo el cordobesismo reclamó en su mente la vuelta de Alberto García cuanto antes.
Finalmente, y con una grada despoblada, el Córdoba se iba a dormir con los deberes bien hechos. El playoff vuelve a ser una realidad a expensas de los resultados del fin de semana, en los que los enfrentamientos entre rivales directos pueden apretar mucho la clasificación. El miércoles, una nueva final. Huelva debe respirar aroma califal.

lunes, 7 de mayo de 2012

Desde Anoeta hasta El Collao

Existen situaciones perversas, malvadas, a menudo crueles. Situaciones grabadas a fuego en la memoria de los que las viven, de los que sintieron durante algún ridículo momento que se hundía el mundo que les rodeaba. Que el final no iba a ser el deseado. En ese preciso instante, el destino esboza una sonrisa pícara mientras te guiña el ojo, se apiada de ti y te salva el cuello. Esa válvula de escape no es más que una señal, la que te indica que todo lo malo que has hecho hasta ese momento va -y debe- cambiar. 
15 de junio del 2008. El cordobesismo se volvía a poner el traje del miedo. Ese miedo que provoca el hecho de jugarte una vez más una salvación en la última jornada, a una carta. Para colmo, el guión que hubiera firmado Hitchcock acabó decidiéndose a más de 700 kilómetros de distancia, con un penalti lanzado por tu rival directo en el minuto 95. En ese momento, los que tras habernos dejado la garganta y hasta la vida si hubiera hecho falta en Anoeta, más los miles de cordobesistas repartidos por cualquier parte del planeta sentimos es difícil de explicar. De hecho, fue la sensación más inexplicable posible. Ese día, sin embargo, no tocó vivir un desastre del que hubiera sido complicado levantarse. Abraham Paz falló desde los 11 metros y el destino, otrora hablado, se marchó dejando claro que la próxima vez no iba a ser nuestro amigo. Las lágrimas, mezcla de alegría y del mayor nerviosismo que un humano puede soportar, ya marcaban el camino opuesto a lo vivido anteriormente. 
Hoy, 7 de mayo del 2012, ni el más ferviente cordobesista, ni el más loco optimista pensó ese día en Anoeta que íbamos a estar viviendo un momento tan maravilloso. Un servidor, que ha visitado campos de fútbol que se mantenían en pie de manera milagrosa, que ha visto como el escudo del Córdoba se paseaba por pueblos de los que no conocía su existencia, se siente orgulloso y con la mirada de un niño de 6 años ante su regalo de cumpleaños cada vez que mira la clasificación. Para ello, además de no olvidar de donde venimos, hay que basar ese orgullo en lo que nos han hecho sentir este año la plantilla dirigida por Paco Jémez. Un equipo montado bajo el yugo de una Ley Concursal que aprieta hasta casi ahogar.Un equipo que  a pesar de un verano convulso, con EREs por delante y un cambio de mandatario ha conseguido enamorar al aficionado. Al cordobesista y al que no lo es tanto, a ese cordobesista que se ha sumado al carro cuando el viento tronaba a favor y es el primero en echar por tierra tanto trabajo y tanta ilusión. El neocordobesista que se reía de los que íbamos jornada tras jornada al Arcángel mientras deambulábamos sin rumbo por el desagradable pozo de la 2ª B. A pesar de este -pequeño- grupo de aficionados las espadas siguen por todo lo alto y, una vez más, nos toca a nosotros remar todos a una. Sin objeciones. Porque los 11 que jornada tras jornada se visten de corto son muy buenos. Extremadamente buenos. Los Borja García, López Silva, Charles y compañía han rasgado las vestiduras de una segunda división que se proyectaba dura y de poco juego. La vistosidad y las buenas maneras no han pasado desapercibidas para el resto de los rivales, nadie duda de la calidad de los blanquiverdes. Ésa es nuestra gran baza, en mi opinión, la mejor que podemos tener. 
En El Collao; Pepe Díaz, tan odiado como querido, se convirtió en el héroe inesperado. Él solo se encargó de recordar a jugadores y afición que el alma se deja en el campo: en las piernas de los jugadores y en la garganta de los aficionados. Pepe, más cordobesista que el estadio, puso la garra que habían perdido los jugones, superados por la quimera de querer mantener un juego majestuoso las 42 jornadas. En Alcoy, misteriosamente, el destino ha vuelto a guiñarnos el ojo y a dejarnos un sueño incomparable al alcance de la mano. Recapaciten, miren atrás y CREAN. Llenen el estadio y rompan sus cuerdas vocales. Las mismas que todos queremos -y vamos- a romper dentro de poco menos de 2 meses en las Tendillas. A los equilibristas del balón, a los que han llevado el romanticismo en el fútbol a su máximo exponente este año con la cabeza pensante de Paco Jémez al mando, no se les ha olvidado jugar. Ni mucho menos. Ya saben: la pelota nunca miente.